El fracaso del lema "regeneración o catástrofe"
Luego de derrotar a los liberales radicales en la guerra civil de 1885 y de derogar la Constitución de 1863, Rafael Núñez dijo que Colombia tenía que escoger entre "la regeneración o la catástrofe". Esta frase, significaba que la única forma de encauzar a Colombia por los senderos de la paz y el progreso, y así salvarla de la debacle, era mediante una reforma profunda de su estructura social, económica y política. Con este espíritu surge la Constitución de 1886. Infortunadamente, la constitución y la legislación, promulgadas en el periodo regenerador, no contribuyeron con el propósito de construir una nación en paz. Desde los inicios de la Regeneración, los liberales fueron excluidos de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Prueba de ello fue que, entre los años de 1888 y 1904, sólo hubo dos representantes a la cámara y ninguno en el senado.
El inconformismo de los liberales radicales por los fraudes electorales que favorecían al gobierno, la política económica, las leyes de censura y el gobierno de Miguel Antonio Caro, los llevó a emprender una nueva guerra civil, en 1895, para recuperar el poder. El levantamiento liberal, que fue rápidamente sofocado por el gobierno, demostró que el lema de Núñez había fracasado.
Luego de derrotar a los liberales radicales en la guerra civil de 1885 y de derogar la Constitución de 1863, Rafael Núñez dijo que Colombia tenía que escoger entre "la regeneración o la catástrofe". Esta frase, significaba que la única forma de encauzar a Colombia por los senderos de la paz y el progreso, y así salvarla de la debacle, era mediante una reforma profunda de su estructura social, económica y política. Con este espíritu surge la Constitución de 1886. Infortunadamente, la constitución y la legislación, promulgadas en el periodo regenerador, no contribuyeron con el propósito de construir una nación en paz. Desde los inicios de la Regeneración, los liberales fueron excluidos de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Prueba de ello fue que, entre los años de 1888 y 1904, sólo hubo dos representantes a la cámara y ninguno en el senado.
El inconformismo de los liberales radicales por los fraudes electorales que favorecían al gobierno, la política económica, las leyes de censura y el gobierno de Miguel Antonio Caro, los llevó a emprender una nueva guerra civil, en 1895, para recuperar el poder. El levantamiento liberal, que fue rápidamente sofocado por el gobierno, demostró que el lema de Núñez había fracasado.
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